Uno de los aspectos más trágicos de la naturaleza humana es nuestra tendencia a idear «armas de protección» que al final se convierten en semillas de nuestra propia destrucción. La capacidad de mentir es una de esas armas.
La ciencia revela mucho sobre el universo físico, pero no puede responder plenamente a nuestras preguntas más profundas. ¿Qué necesitamos para completar nuestra comprensión?
Las creencias y actitudes que culpan a los pobres por su situación pueden cegarnos a la posibilidad de que los sistemas en los que todos participamos sean defectuosos.