El Legado de los Manuscritos

Calificados como el mayor descubrimiento del siglo, los Rollos del Mar Muerto (RMM) rápidamente pasaron a formar parte del dominio de un círculo académico limitado. Eso significó que cualquier esperanza de que pudieran incrementar nuestro entendimiento colectivo de la Biblia era remota. En julio de 2008, los principales eruditos de los RMM se reunieron en una conferencia internacional para conmemorar el LX aniversario del descubrimiento de los manuscritos. El evento, titulado Los Rollos del Mar Muerto y la Cultura Contemporánea, se llevó a cabo en el Santuario del Libro del Museo de Israel, diseñado y construido específicamente para resguardar siete de los célebres manuscritos y que ahora resguarda todos los que son propiedad de Israel. El enfoque de la conferencia fue «reflexionar acerca del progreso logrado durante los últimos diez años y expresar nuestras esperanzas para el futuro de los estudios del Qumrán».

«No se puede negar que la investigación de los Rollos del Mar Muerto es un campo tormentoso y dramático, una mezcla poco común de estudios grandiosos e ideas descabelladas, de conspiración y escándalo, de pasión e intriga».

Edna Ullmann-Margalit, «Dissecting the Qumran-Essene Hypothesis»

Respecto a los manuscritos, las notas del programa plantearon la pregunta: «¿Cómo podemos disipar los mitos e imprecisiones?», aunque responder esa pregunta puede haber sido una meta imposible, pues los mitos e imprecisiones siempre abundarán en un tesoro de documentos tan antiguos como éstos. No obstante, la conferencia sí reveló algo más importante aún: la diversidad de opiniones que rodean la evidencia relacionada con la población precristiana en Khirbet Qumrán, cerca de las cuevas en las que se descubrieron los manuscritos. El continuo debate ataca las bases de algunas opiniones muy arraigadas acerca de la importancia de los manuscritos.

LA CONEXIÓN CON QUMRÁN

Para poner en contexto la discusión actual, demos un breve paseo histórico a través de la cultura de los RMM.

Eleazar Sukenik y Roland de Vaux fueron dos de los primeros especialistas que trabajaron con los primeros manuscritos descubiertos en 1947. Sukenik los relacionó casi de inmediato con la población en Qumrán, sobre la costa noroeste del Mar Muerto, y, específicamente, con una secta judía conocida como los esenios. En 1951 de Vaux excavó el área y encontró piezas de cerámica en las ruinas de Qumrán que eran idénticas a las encontradas en la Cueva 1 (los manuscritos fueron tomados de una serie de 11 cuevas numeradas por los arqueólogos siguiendo el orden de su descubrimiento), ubicada cerca de las ruinas. Esto solidificó la conexión que hizo Sukenik entre las cuevas y su contenido, y las ruinas arqueológicas cerca del asentamiento de Qumrán. La hipótesis Qumrán-esenios establecida por estos dos titanes de la arqueología se convirtió, en palabras de Edna Ullmann-Margalit de la Universidad Hebrea, en la «teoría dominante» que se volvería popular en los libros sobre el tema y que sería aceptada en las obras de referencia.

Mientras un círculo de especialistas comenzó a trabajar en la traducción de los manuscritos en los años cincuenta, el resto del mundo académico esperó casi 40 años para verlos. En esas décadas los especialistas especularon y proliferaron los rumores acerca de una conspiración. ¿Se estaba ocultando evidencia importante? Finalmente, la impaciencia provocó que un par de investigadores se hiciera cargo del asunto e hiciera a un lado algunos de los procedimientos establecidos. Con la ayuda de un sofisticado programa de cómputo y una concordancia de todas las palabras encontradas en los manuscritos que ya se habían publicado (según los especialistas de los RMM los fueron compilando), reconstruyeron los fragmentos restantes de los manuscritos y publicaron su propio volumen antes de que se publicara la versión «autorizada». Aunque el equipo oficial no estaba contento porque su trabajo había sido ignorado, ello sirvió para disipar las teorías de conspiración y confundir a los críticos. Después de todo, no se había ocultado evidencia sorprendente.

La publicación final de las transcripciones completas y las traducciones oficiales en una serie de 39 volúmenes, titulada Discoveries in the Judaean Desert [Descubrimientos en el Desierto de Judea], provocó gran actividad en el campo académico en relación con los manuscritos y sus orígenes, pero conforme continuaron el debate reflexivo y la investigación, los especialistas comenzaron a discrepar con la «teoría dominante», desafiando la creencia de Sukenik y de Vaux de que los manuscritos habían pertenecido a los esenios.

Uno de los primeros en desafiar la teoría fue el profesor Norman Golb de la Universidad de Chicago, quien intentó eliminar la conexión entre los manuscritos y la evidencia arqueológica de Qumrán, afirmando que todos los manuscritos habían sido traídos desde Jerusalén para resguardarlos antes del sitio de Roma que comenzó en el año 68 d.C.

Desde que Golb publicó su hipótesis se han propuesto muchas ideas diferentes acerca del uso y propósito de Qumrán. Mientras que muchas personas opinaban que era el hogar de la secta de los esenios, otros sugirieron que era una finca, una posada para los comerciantes que atravesaban el Mar Muerto, una fortaleza para los asmoneos o una fábrica de cerámica. Otros incluso señalaron que Qumrán pudo haber desempeñado todas o algunas de esas funciones en diferentes momentos de su historia. Sin embargo, a pesar de las creencias contrarias, ciertas características relacionaban las ruinas con los esenios de manera consistente.

Un hecho interesante, aunque controversial, es que el sitio aparentemente cuenta con más tinteros que cualquier otro sitio arqueológico registrado en el área. Algunos de ellos habían sido claramente utilizados y, por lo tanto, no necesariamente formaban parte de los productos elaborados en una fábrica de cerámica, como algunos insinuaban. Aunque hoy en día la idea de de Vaux de un importante scriptorium —un lugar para copiar los manuscritos— es en gran medida rechazada, los tinteros son un indicio de que en Qumrán se llevó a cabo cierta actividad escribana (una labor altamente profesional).

Otra característica del sitio es el antiguo cementerio, en donde se encuentran principalmente restos masculinos. A pesar de que esto parece reforzar las afirmaciones de Filón de Alejandría y Plinio el Viejo respecto a que la comunidad esenia era célibe, Hartmut Stegelmann, un estudioso alemán de los RMM, sugirió que se trataba de una desafortunada exageración. Stegelmann sostuvo que las condiciones en Qumrán simplemente eran demasiado duras para las mujeres y que, debido a ello, pocos hombres llevaron a su familia al sitio. También se opuso firmemente a lo que denominaba una visión «idealista» de que los esenios practicaban el celibato como principio; sin embargo, en 1998 reconoció que «los antiguos informes del celibato de los esenios como uno de sus principios siguen influyendo en la opinión pública».

Para reafirmar su propia teoría, Stegelmann señaló el descubrimiento de un cementerio de Qumrán en donde había tumbas de mujeres y niños, pero algunos especialistas ahora identifican esos restos como beduinos. Por tanto, la pregunta de si la comunidad esenia era en efecto célibe sigue siendo problemática.

Además de la dificultad para analizar e interpretar las diversas afirmaciones arqueológicas, de Vaux murió en 1971 sin haber publicado sus descubrimientos. Gran parte de nuestro conocimiento acerca de la arqueología de Qumrán se deduce de sus conferencias públicas o de interpretaciones de las notas que tomó en el sitio durante la excavación.

EL DEBATE DE LOS MANUSCRITOS

Si la interpretación de los restos de Khirbet Qumrán ha sido tema de debate, lo mismo sucede con los manuscritos. Ahora que se han traducido por completo y que ya se han publicado, otra generación de especialistas está examinando con cuidado la evidencia y ellos también tienen un enfoque diferente para su análisis.

En primer lugar, se han estudiado las ideas encontradas en los manuscritos para ver si transmiten una opinión unificada de las Escrituras, la religión o la teología. Si no transmiten una opinión cohesiva y sistemática, ¿pueden provenir de un solo grupo? Y si no representan las ideas de un solo grupo, ¿significa entonces que un grupo reunió documentos de otros grupos de la misma manera en la que hoy en día creamos una biblioteca, recopilando obras que abarcan una variedad de enfoques respecto a un mismo tema?

Algo que se debe tomar en cuenta es que ninguno de los manuscritos conocidos se puede identificar claramente como originario de sectas judías importantes como los fariseos o los saduceos. Esto fortalece la conexión con los esenios, ya que eran muy conservadores y se burlaban de las opiniones de los sacerdotes que controlaban el templo en Jerusalén. Por otro lado, debido a que algunos de los manuscritos se escribieron en griego (lo cual indica un enfoque más helenístico hacia las Escrituras que el hebreo o el arameo de la mayoría), sería razonable proponer que los manuscritos provienen de más de un grupo.

Otro factor que complica aún más las cosas es que los intentos de fechar los manuscritos han presentado dificultades: la mayoría son de cuero, y actualmente establecer el tiempo de su existencia antes de convertirse en manuscritos supera la capacidad de los expertos; sin embargo, los resultados de la datación con carbono 14 de los trapos de lino en los que estaban envueltos muchos de los manuscritos señalan que toda la colección pudo haber estado en las cuevas durante la época en la que el general romano Pompeyo invadió Judea en el año 63 a.C. Esta afirmación, aunque no es muy aceptada, ha generado otros intentos de fechar los manuscritos. Un especialista recurrió a la paleografía, o el estudio de los estilos de escritura de los manuscritos, para determinar su antigüedad. Basándose en esto, Daniel Stökl Ben Ezra sostiene que algunas cuevas contenían material más antiguo que otras, lo que significa que los manuscritos pudieron haber sido colocados en las diferentes cuevas en épocas muy diferentes.

Otros han intentado clasificar las cuevas por material o tipo. Por ejemplo, debido a que la Cueva 7 únicamente contenía manuscritos escritos en griego, podría parecer que se realizó algún tipo de clasificación al colocar los manuscritos.

El profesor Stephen J. Pfann de la Universidad de Tierra Santa en Jerusalén analizó las cuevas por su uso y contenido, y concluyó que cada cueva servía para uno de cuatro propósitos: biblioteca, archivo, depósito para los manuscritos que tenían que ocultarse en caso de emergencia o genizah (lugar donde se almacenaban manuscritos antiguos y desgastados). Este último uso es particularmente interesante. Las comunidades judías evitaban destruir textos sagrados antiguos y en lugar de eso los almacenaban en lugares en donde nadie podía tocarlos, a menos y hasta que fueran enterrados en otro lugar con una gran ceremonia. Otros genizahs de esa época incluyen uno en Masada y uno más en El Cairo, los cuales contienen material que data del siglo X y que fueron descubiertos a finales del sigo XIX.

Pfann concluyó que se podía establecer el uso específico de una cueva por medio del tipo de manuscritos que contenía y por la manera en que estaban colocados dentro de ella. Luego de determinar el uso de cada cueva procedió a analizar los textos que contenían. Propuso que la Cueva 4, en la que se encontraron restos incompletos de manuscritos que parecían no haber sido envueltos en lino ni colocados en vasijas de cerámica, servía como un genizah. Por otra parte, la Cueva 1 —con su tesoro escondido de manuscritos casi completos que fueron envueltos y colocados en vasijas (como el famoso manuscrito de Isaías)— pudo haber sido una biblioteca.

LA CUESTIÓN DE LA PROPIEDAD

La posición de Pfann muestra cuán lejos ha llegado el estudio de los manuscritos.

Desde el comienzo de la investigación de los RMM, Sukenik concluyó que, basándose en los descubrimientos de la Cueva 1, los manuscritos pertenecieron en su totalidad a los esenios, un grupo de judíos que defendieron una interpretación de las Escrituras diferente a la de los grupos dominantes de aquel entonces (los saduceos y los fariseos); sin embargo, los especialistas modernos se preguntan: de haberse descubierto primero la Cueva 7 o la Cueva 11, ¿las conclusiones de Sukenik hubieran sido las mismas?

Treinta años y 10 cuevas más tarde, Golb, de la Universidad de Chicago, rechazó la idea de Sukenik y concluyó que la colección de manuscritos representaba los restos de la biblioteca del templo, sacados clandestinamente de Jerusalén durante el sitio de Roma en el año 68–70 d.C.

«Parece que es tiempo de abandonar el enfoque monolítico respecto a las cuevas que supone que había un solo dueño u origen para todas ellas. En cambio, se debería evaluar cada cueva por sus propios méritos».

Stephen Pfann, «Reassessing the Judean Desert Caves: Libraries, Archives, Genizas and Hiding Places»

Pero el tiempo tiene una manera de socavar las interpretaciones absolutistas de la historia. Según descubrimientos actuales, parece probable que los manuscritos pertenecen no sólo a uno, sino a varios grupos.

Y si algunas de las cuevas también se utilizaban como genizahs, como lo creen Pfann y otras personas, entonces algunos de los manuscritos pudieron haber estado en las cuevas durante mucho tiempo, incluso antes de los ataques de Pompeyo a Judea en el año 63 a.C. y el sitio de Jerusalén un siglo después.

Pero ¿qué hay de la idea de que algunas cuevas se utilizaban como depósitos de emergencia? Aquí Pfann hace quizás el más grande cuestionamiento a la relación entre los manuscritos y la comunidad de Qumrán. Las Cuevas 7, 8 y 9 están más cerca de Qumrán y se entra a ellas a través de los restos amurallados del asentamiento, es por ello que los especialistas a menudo las relacionan con la última población que habitó el asentamiento, que comúnmente se cree que fueron los esenios; no obstante, la Cueva 7 contenía únicamente material en griego, una colección muy extraña para los conservadores judíos esenios. Los restos de comida y lámparas que también se encontraron en la Cueva 7 podrían dar una pista, pues sugieren que podría haber sido utilizada como refugio durante el sitio. Entonces, Pfann relaciona dichos manuscritos con los refugiados que escaparon de Jerusalén durante esa época. Esto lleva a la conclusión de que el contenido de la Cueva 7 probablemente no tiene relación con los esenios o con su establecimiento unos cuantos metros por encima de la cueva.

Si se puede demostrar que la Cueva 7 no está relacionada con el asentamiento de Qumrán, ¿podría ser así con las demás?

ESTUDIOS BÍBLICOS

Al momento de su descubrimiento, especialistas y teólogos anunciaron los manuscritos como claves para un mayor entendimiento de la Biblia, y a pesar de las áreas de intensa controversia, hay que reconocer que se han aclarado algunos aspectos de la historia bíblica. Mientras que antiguos comentaristas e historiadores —incluyendo a especialistas judíos—, describieron el judaísmo del siglo primero como monolítico, los Rollos del Mar Muerto exigieron que se apreciara su verdadera diversidad. Esto tuvo un profundo efecto en el estudio del Nuevo Testamento e introdujo a los especialistas judíos en un campo en el que anteriormente no habían tenido mayor interés.

A pesar de que ningún manuscrito parece mencionar directamente a los individuos que se nombran o a los que se hace referencia en el Nuevo Testamento, sí representan una fuente adicional a través de la cual se puede estudiar el entorno de los personajes y acontecimientos. Ahora, tanto las personas como los acontecimientos de la historia de la Iglesia primitiva se pueden ver desde otra perspectiva. Dos resultados importantes son la llamada nueva perspectiva de Pablo y la reescritura del Evangelio de Juan como un texto profundamente judío, mientras que anteriormente se consideraba que sus influencias eran helenísticas o griegas.

No obstante, después de un arranque inicial de energía en esta área, el progreso en la aplicación y relevancia de los manuscritos en el estudio del Nuevo Testamento decayó al punto en el que en noviembre de 2007, durante la reunión de la Sociedad de Literatura Bíblica (Society of Biblical Literature) en San Diego, el moderador lamentó la pérdida de interacción y pidió una renovación del interés y el estudio. Quizás su petición fue respondida por la reciente notoriedad que rodea a la piedra conocida como «la Revelación de Gabriel».

No obstante, los beneficios académicos obtenidos a partir del estudio de los RMM no se limitan a un mejor entendimiento del Nuevo Testamento. Las ideas acerca de la validez de la traducción griega Septuaginta de las Escrituras hebreas o del Antiguo Testamento, las cuales conocemos principalmente a través de Orígenes y el Codex Sinaiticus, han sido cuestionadas después del descubrimiento entre los RMM de traducciones griegas más antiguas. Los documentos de Qumrán demostraron que existieron varias traducciones griegas de las Escrituras de aquella época, además de la que supuestamente se convirtió en la base de lo que hoy en día se conoce como Septuaginta. La multiplicidad de los manuscritos hebreos también ha planteado preguntas acerca de la sincronización y creación del canon hebreo.

A fin de cuentas, los objetivos de la conferencia para conmemorar el LX aniversario del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto pueden haber sido loables, auque podría parecer que el estudio continuo de los manuscritos llevará a la deconstrucción de muchas más teorías relacionadas con su época. Esto en sí puede no ser tan malo; sin embargo, la diversidad de ideas y opiniones desarrolladas a través del estudio de los RMM plantea un dilema tanto para los especialistas judíos como para los cristianos, debido a que la evidencia demuestra que el cristianismo y el judaísmo rabínico moderno son claramente producto de otros siglos y entornos, con una conexión mínima con los materiales de Qumrán.

«La atrevida tesis de Pitre ofrece una descripción de Jesús que sólo puede surgir cuando se le interpreta dentro de su propio contexto judío del siglo primero».

John A. Dennis, on Jesus, The Tribulation, and the End of Exile (en Review of Biblical Literature, 2008)

Los especialistas judíos ortodoxos se enfocan en los temas rabínicos que surgieron durante los siglos posteriores a los RMM. Los manuscritos no tratan temas rabínicos y, de hecho, validan otras ideas del judaísmo que los rabinos buscaban enterrar. Para la comunidad cristiana, el estudio de los RMM da lugar a una incómoda comprensión de cuánto se ha alejado el cristianismo de los caminos de su fundador, ya que la teología cristiana se parece poco a los fundamentos hebraicos de las enseñanzas de Jesucristo. Y esto tiene una influencia directa en lo que creen y hacen sus aspirantes a seguidores.