Una Pregunta y un Reto Constantes

Robert Nathan, quien tiene un doctorado en química y biología del Instituto Tecnológico de California, se ha retirado parcialmente de una larga y distinguida carrera como científico sénior en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) en Pasadena, California. Durante su «retiro», fue cofundador del Grupo de Investigación de Gerontología de Los Ángeles y es miembro del consejo directivo de la organización de Profesionales Voluntarios para el Avance de la Medicina (VPMA).

Gina Stepp, de Visión, le preguntó acerca de su investigación sobre el envejecimiento y la longevidad humana. ¿Estamos a punto de conseguir la inmortalidad?

GS Usted ha disfrutado una larga carrera con un enfoque en el espacio exterior, más lejos de lo que los humanos podemos ver. ¿Qué es lo que atrae su visión, no sólo de regreso a la Tierra, sino también al funcionamiento interno del cuerpo humano, con la esperanza de incrementar la longevidad?

RN En general, parece que tengo una curiosidad insaciable por investigar y entender detalladamente cómo funcionan las cosas. ¿Qué podría ser más intrigante que descubrir qué hace funcionar a los humanos? Por lo que puedo recordar, durante muchos años (incluso durante los últimos años de mi adolescencia) he tenido una fascinación por saber cómo y por qué envejecemos y morimos. Han sido una pregunta y un reto constantes.

Durante mis años en el JPL fui muy afortunado de haber podido desarrollar programas de computación que limpian e incrementan los detalles en las imágenes de las cámaras que viajan a otros planetas. Gracias a ese éxito los Institutos Nacionales de Salud [NIH, por sus siglas en inglés] me otorgaron una beca de $2 millones de dólares para aplicar la misma tecnología a problemas biomédicos. He forjado una relación estrecha con el notable gerontólogo Bernard Strehler, de la Universidad del Sur de California (y antes con los NIH); a principios de los años setenta cada uno dimos nuestro testimonio al Senador Alan Cranston para ayudar a crear un nuevo Instituto sobre el Envejecimiento dentro de los NIH.

GS ¿Cuál es el objetivo de investigar la longevidad? ¿Es, en última instancia, la inmortalidad, o simplemente prolongar el número de años que las personas viven en la cima de la curva de su calidad de vida?

«Para mí, prolongar nuestros años saludables es un paso inmediato y a corto plazo en un camino más largo para revertir el proceso de envejecimiento y, de esa manera, alcanzar la inmortalidad fisiológica… » 

Robert Nathan

RN Para mí, prolongar nuestros años saludables es un paso inmediato y a corto plazo en un camino más largo para revertir el proceso de envejecimiento y, de esa manera, alcanzar la inmortalidad fisiológica con una alta calidad de vida, aunque no está claro qué tanto podemos evitar una muerte accidental catastrófica. Además, parece que las enfermedades que más muertes provocan están relacionadas con la edad: enfermedades cardiacas, cáncer, apoplejías, Alzheimer… Si revertimos el envejecimiento, ¿nos libraremos de esos asesinos?

GS Algunos expertos en longevidad señalan que dentro de las próximas dos décadas las personas podrían permanecer igualmente juveniles a los 120 años de edad como lo son ahora a los 40 o 50. ¿En realidad estamos tan cerca de prácticamente duplicar el promedio de la esperanza de vida?

RN Algunos futuristas como Aubrey de Grey y Ray Kurzweil han hablado mucho de lograr duplicar la esperanza de vida dentro de los próximos 15 a 30 años —y como ya tengo 81, ¡me gustaría lograrlo en 10 o 15 años!—.

«Algunos futuristas como Aubrey de Grey y Ray Kurzweil han hablado mucho de lograr duplicar la esperanza de vida dentro de los próximos 15 a 30 años —y como ya tengo 81, ¡me gustaría lograrlo en 10 o 15 años!»

Robert Nathan

Algunas investigaciones recientes de otras especies han generado perspectivas reveladoras:

  • Experimentos genéticos con células de levadura y nemátodos (ascárides) nos han permitido incrementar su esperanza de vida en un factor de 10 veces.
  • Con la modificación de un solo gen nos hemos acercado a duplicar la esperanza de vida de los ratones —¡mamíferos!—.
  • Al parecer existe un par de especies de medusas que ya son prácticamente inmortales.
  • Algunos moluscos, como las ostras, llegan a vivir cientos de años —pero ¿cómo?—.

Una práctica relativamente común es reducir el consumo de azúcar de nuestras mitocondrias y cambiar a una fuente de energía basada en aceite (grasa) con una producción más baja de radicales libres dañinos.

Incluso contamos con intervención política: el Presidente Obama aprobó las investigaciones con células progenitoras (madre), expresando su deseo de mejorar la exploración de la investigación básica. También ha expresado la meta de vencer al cáncer en nuestra (¿mi?) época. Asimismo, Obama incorporó al Premio Nobel Harold Varmus a su equipo de asesoría científica. Varmus fue jefe de los NIH y ahora es presidente del Centro Oncológico Sloan-Kettering.

Por medio de nuestra investigación hemos descubierto recientemente cómo convertir las células de nuestra propia piel en células progenitoras inmunocompatibles con la introducción de un solo gen (sin el riesgo potencial de contraer cáncer), lo que nos brinda la capacidad de reiniciar nuestro reloj biológico a una edad más temprana.

GS Al parecer existen algunas teorías acerca de cómo y por qué envejecemos. Algunos ejemplos son: la teoría de los telómeros (las células continúan dividiéndose hasta que mueres), la teoría del desgaste (los órganos, e incluso las células, se desgastan debido al uso excesivo) y la teoría del envejecimiento mitocondrial (las mitocondrias pierden la capacidad para mantener en actividad al resto de las célula). ¿Qué le dice su investigación acerca de cómo y por qué ocurre el envejecimiento?

RN Durante los últimos 50 años que me he dedicado a estudiar este campo no se había logrado un progreso real sino hasta esta última década, comenzando con el mapa del genoma humano. Recientemente, la atención se ha enfocado más en las mitocondrias, y aún más en el control de las células progenitoras de nuestro cuerpo.

No obstante, debemos tomar en cuenta que todos tenemos células inmortales dentro de nosotros. Se trata de nuestras células germinativas, las cuales participan en la reproducción: espermatozoides y óvulos. También hay un número limitado de células progenitoras casi inmortales. El resto de nuestro cuerpo está compuesto de células somáticas que ya no se dividen y que tienden a morir debido a algún tipo de control programado.

Cuando era joven, el dogma médico declaraba que las células musculares, neurales y de los riñones ya no aumentan en número una vez que maduramos. Hoy en día todo eso ha cambiado. Siempre hemos tenido en nuestro cuerpo diferentes tipos de células progenitoras casi inmortales, las cuales pueden reponer esos tres tejidos cuando sea necesario.

El envejecimiento (o senescencia) está programado mediante el acortamiento de los telómeros en los extremos de nuestros cromosomas; sin embargo, contamos con una enzima, llamada telomerasa, que extiende el telómero, con lo que básicamente inmortaliza las células. ¡Pero hay que tener cuidado con el cáncer! Algunas teorías proponen que el acortamiento de los telómeros es un mecanismo intencional de defensa desarrollado para inhibir el cáncer. Un telómero acortado previene que la célula se divida más. Mientras desarrollamos herramientas para destruir las células cancerosas de manera independiente, podemos modificar el balance para regenerar más telómeros y ayudar a regenerar nuestro cuerpo.

GS Además de la salud arterial, tengo entendido que un sistema inmunitario sano es uno de los factores más importantes para la longevidad.

RN La función inmunitaria es muy importante. Es sorprendente que la civilización de alguna manera ha protegido y evitado que nuestras capacidades inmunitarias se vean desafiadas y disminuidas. Algunos investigadores proponen que la inflamación provocada por una función inmunitaria hiperactiva ha empeorado, creando una autoinmunidad en las culturas civilizadas protegidas.

GS Supongo que no es únicamente la genética la que determina la fortaleza de nuestro sistema inmunitario; debe haber una gran cantidad de factores ambientales que nos vuelven susceptibles a las enfermedades que pueden acortar nuestra vida. En los años sesenta el libro de Rachel Carson La primavera silenciosa hablaba de una escena ficticia en la que un mundo envenenado con químicos generó una gran cantidad de enfermedades misteriosas y convirtió al cáncer en algo común. Suponiendo que muchas de nuestras enfermedades se vean afectadas por los químicos que se encuentran en el ambiente, ¿ya hemos llegado a ese punto? ¿O acaso el panorama de Carson exagera los efectos de los químicos?

RN Los metales pesados en el ambiente son un problema, en particular el plomo, el cromo y el mercurio. Los pesticidas son otro problema. Además, muchísimos de nuestros productos farmacéuticos salen al mercado antes de examinar todos los peligros…, pero no creo que estas acciones realmente interfieran o provoquen el envejecimiento.

GS Se supone que obtener los nutrientes correctos es tan importante para la salud del sistema inmunitario como evitar los productos químicos incorrectos. ¿Existen ciertos nutrientes que generalmente faltan en la dieta de la mayoría de los occidentales?

RN Las antiguas culturas orientales china e hindú anteceden a la medicina occidental, con miles de años de pruebas experimentales en hierbas y extractos que la medicina occidental apenas recientemente ha comenzado a examinar. Una mayor cooperación entre Oriente y Occidente sería muy fructífera. Es necesario estudiar más ampliamente las dietas de Okinawa y Europa meridional, pero parecen ser prometedoras. Asimismo, la coenzima Q10, la carnosina, la carnitina y la cúrcuma (un ingrediente clave del curry) son complementos interesantes que hay que considerar.

Sin embargo, el grave problema con la dieta occidental es que contiene demasiada azúcar en todas sus formas, la cual deberíamos cambiar por aceites saludables (omega 3, de oliva, de salmón, de nueces comunes, de linaza y de almendra).

GS Somos bombardeados por estudios acerca de cómo mantenernos sanos y, para quienes no están especializados, pueden parecer contradictorios. Tampoco ayuda que a menudo los medios de comunicación simplifiquen demasiado los hallazgos de dichos estudios, pero el efecto es que algunas personas podrían abandonar por completo cualquier intento de desarrollar hábitos saludables simplemente porque están muy confundidas por lo que escuchan. Por ejemplo, hemos escuchado la recomendación de que el vino y otros tipos de alcohol pueden ayudar a disminuir los efectos del envejecimiento arterial, pero después escuchamos de estudios que aseguran que el alcohol aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. ¿Cómo logra una persona promedio, que quizá no tiene el tiempo o la experiencia para analizar y comparar los estudios, para conciliar dos consejos aparentemente contradictorios?

RN Para aquellos lectores que cuentan con ciertos conocimientos universitarios de química existe un libro técnicamente detallado escrito por Caleb Finch, The Biology of Human Longevity [La Biología de la Longevidad Humana], y hay otro par de libros no especializados que podrían ser útiles para ganar varios años de buena vida: Edad Real (Real Age Makeover), de Michael Roizen, y Ultraprevención (The UltraMind Solution), de Mark Hyman. En ambos libros, las recomendaciones se enfocan en la moderación al comer y el ejercicio. Nuestro cuerpo ya de por sí rechaza los extremos, así que encontrar el balance adecuado es un reto continuo.

«Nuestro cuerpo ya de por sí rechaza los extremos, así que encontrar el balance adecuado es un reto continuo».

Robert Nathan

Un sencillo resumen de estos libros recomienda reducir al extremo el consumo de azúcares rápidos, aumentar los aceites saludables (ácidos grasos omega 3), aumentar la actividad física (por ejemplo, una caminata diaria de media hora), dormir al menos siete horas diarias, estar conscientes de la salud con una conducta preventiva, investigar acerca de los problemas de salud y estar en contacto con su médico.

GS Digamos que podemos descifrar la biología para volvernos físicamente inmortales. ¿Qué sucede si no desciframos también las relaciones humanas? ¿Qué sucede si nos aniquilamos unos a otros en las guerras antes de lograrlo?

RN Uno de los factores para determinar si hay o no vida en otro planeta es la extinción. Llegamos al punto en el que nos exterminamos a nosotros mismos y la civilización no dura demasiado. Sólo basta un idiota para hacer volar el mundo. Ni siquiera teníamos ese poder hace unas décadas. Entonces estás en lo cierto: tenemos que aprender a entender la conducta humana y a ver qué provoca que todo salga mal.

¡Y ése es otro problema serio en el que debemos trabajar!