Cada vez es más claro para muchos que nuestros problemas globales requieren soluciones globales. El ex primer ministro británico Gordon Brown es el último en prestar su voz al debate.
Las teorías conspirativas han estado con nosotros durante mucho tiempo. Estamos ahora en la era del conspiracionismo: no hay necesidad de una teoría; basta con una plataforma de redes sociales
El mundo no carece de adultos inmaduros que viven la vida a merced de sus emociones negativas. Una autoevaluación honesta es la clave para destruir una autoimagen falsa. Pero, ¿dónde comenzar?
Las soluciones a las muchas amenazas que hoy el mundo enfrenta son elusivas, en gran parte a causa de nuestra propia naturaleza humana. ¿Qué se puede hacer?
¿Qué clase de mundo heredarán nuestros hijos? Los problemas medioambientales de hoy exigen una solución global a largo plazo, una que ponga de cabeza la corriente actual, centrada usualmente en conseguir beneficios a plazo inmediato.
Lostotalitaristas del siglo XX tuvieron en común una serie de características. Ante una nueva generación de autócratas entrando al escenario mundial, aprender las lecciones de nuestra historia reciente resulta vital.
Desde el soborno y el favoritismo hasta la falsificación de artículos y el lavado de dinero, la corrupción moral toca a toda nación y todo estrato de la sociedad. Y se había predicho que así sería.
Las cada vez más sofisticadas e «inteligentes» tecnologías ya nos permiten alterar no solo nuestra vida cotidiana, sino el planeta mismo. También invitan al abuso… y al caos… ¿Qué se puede hacer?
Encarar la realidad de un mundo cargado de pesar, traición y decepción significa confrontar no solo las fallas o fracasos de aquellos en quienes hemos confiado, sino nuestra propia participación al respecto.
¿Se hacen ilusiones al morir? Las ilusiones suelen ser inofensivas y hasta divertidas, pero hacerse ilusiones —incluso al punto de engañarse a sí mismo— bien podría matarle.
Ante las crecientes amenazas a la existencia continua de la humanidad en la Tierra, los científicos proponen varias soluciones, pero todos parecen pasar por alto un problema fundamental.
No es ningún secreto que Benito Mussolini creía ser el emperador romano del siglo XX, pero nuevas evidencias confirman que también creía ser el salvador —el mesías como Cristo— del pueblo italiano.
A razón de la naturaleza humana, un gobierno ideal ha demostrado ser poco más que un ideal difícil de alcanzar. Sin embargo, hay una opción que aún no hemos intentado.
A medida que el mundo se previene con armas cada vez más nucleares y convencionales, nos encontramos en un patrón continuo de guerras. Y es así como Jesús dijo que sería.
El caos parece reinar por todas partes alrededor del mundo. Información llueve, aunque sin contexto no la podemos entender y hacerle frente. ¿Existe alguna manera de contextualizar la avalancha de acontecimientos? ¿Hay filtros que podamos utilizar para separar los detalles y comprender lo general?